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Poniendo el hombro

Foto del escritor: Cecilia BlumeCecilia Blume

Actualizado: 3 feb


El año que empieza, económicamente, debería ser un poco mejor que el anterior. Según los economistas más renombrados, vamos a crecer aproximadamente 3% del PBI. La inflación debe mantenerse, al igual que el tipo de cambio. Sin embargo si tuviéramos fenómenos climatológicos o políticos serios, este panorama podría cambiar. El Perú es un país estable económicamente, y ello se ha construido en años.   Pero, para salir de la pobreza necesitamos crecer a 5% mínimo sostenidamente. Estamos pues, lejanos de este número.

 

Tenemos retos que atender urgentemente y que a veces dejamos de ver distrayéndonos con el día a día. El Ejecutivo es el primero que debería instruir a sus ministros para que produzcan “entregables” como en cualquier empresa. No sólo palabras, soluciones prácticas, que nunca son tan difíciles, lo que hay es que ponerle ganas:

 

  1. Anemia; 43% de nuestros niños entre 6 a 35 meses tienen anemia, esto es una falta de fierro que los lleva a subdesarrollo físico, mental y cognitivo que no se recupera.

  2. Falta de infraestructura: AFIN viene dando la cifra anual de brecha de infraestructura pero, desafortunadamente, las grandes empresas que son las que construyen la infraestructura que el Perú necesita, miran con cautela el país por la cantidad de desencuentros políticos que hemos tenido.  Sin embargo, este año debe invertirse en la ampliación de los aeropuertos regionales, en Antamina, Tía María y Cuajone, en centrales solares, dos líneas de transmisión, hospitales en Piura y Chimbote, la puesta en funcionamiento de la línea dos del Metro, entre otras. No hablamos de grandes inversiones salvo las mineras y podríamos tener muchas mas.

  3. Cualquier inversionista, peruano o extranjero necesita confianza. Necesita que sus leyes sean predecibles y que los gobernantes no cambien de posiciones cada vez que se encuentran con un problema. Necesitamos entidades gubernamentales sólidas, con personal que permanezca en ellas y que esté bien preparado. Son estas las entidades que guardarán el equilibrio entre privados y públicos en el país. Necesitamos también disminuir el riesgo regulatorio, esto tiene que ver con que las leyes duren y se apliquen bien.  Es fundamental para un país conocer su marco legal. En el campo de la solución de controversias, dado que el Poder Judicial no responde a ciudadanos ni a empresas, pues sus procesos demoran eternamente, el arbitraje es la salida a algunas de estas controversias.  Tenemos una ley de arbitraje que es modelo en el mundo, pero el Ministerio de Justicia ha decidido cambiarla. No se dice ni porque, ni que cambiarán. Esto traerá parálisis, inseguridad en peruanos y obviamente en los inversionistas tantos peruanos como extranjeros que usan a diario el arbitraje. No sabemos tampoco como reaccionarán los países signatarios de los distintos tratados de libre comercio que consagran esta ley como su solución a controversias.  No es que el ejecutivo no pueda cambiar, con el Congreso las leyes. Es que las leyes buenas no se cambian. Un ejemplo, es la Ley de Concesiones Electricas, de fines de los noventas, que ha sufrido pocos cambios y ha permitido que el país se electrifique en más de 90%.   Lo bueno se mantiene, no se cambia, sobre todo, sin que haya una razón conocida.

  4. La justicia en el Perú hace tiempo que se volvió injusticia. Los procesos que duran años no responden al ciudadano que necesita una solución rápida. Quizá sea que necesitamos más jueces, más juzgados o mejores abogados. No lo sé. Pero lo que sea hay que mejorarlo.  No podemos seguir con fiscales que sigan procesos eternos, sin que los delitos estén tipificados para llegar a la Corte Suprema donde finalmente se corrigen los excesos. Esos excesos de fiscales y jueces no deberían existir.  Este es otro reto de nuestra sociedad.

  5. Necesitamos de congresistas serios y que trabajen para el Estado, servidores públicos que no busquen su bienestar personal. El caso del REINFO es grave y lo dejamos pasar porque no hay nada que hacer.  Es el ejemplo de la legislación del actual Congreso.

 

Por todo lo expuesto necesitamos funcionarios públicos que sirvan al Estado dando lo mejor de sí y no que se sirvan de éste.  Ojalá logremos que la función pública se fortalezca atrayendo lo mejor de los jóvenes al servicio público. No es tarde, aun se puede. Pero todos tenemos que poner el hombro.

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